La temporada 2011/2012 de exposiciones en otoño

Otro de los viejos artículos más soñados por este blog: hacer una crítica completa de las exposiciones temporales (para las colecciones permanentes, en muchos casos ya se ha abordado el tema en artículos de esta misma sección y se pueden ver en las fotos) que van pasando por Madrid (cuando una exposición termine y se sustituya por otra, se marcará con esto «—» poniendo justo debajo la que la sustituye), y si se diera el caso, por alguna otra ciudad (como en la mayoría de los casos, cuando algo no está indicado, significa que es en Madrid, sino, se especifica de forma concreta otra localidad); cierto que hubo al menos un intento anterior, pero se quedó en muy poco, y la sección de Turismo acabó dependiendo demasiado del tema de las fotos (en cuanto a eso, siempre que se disponga de fotos de la exposición, cosa que pasará siempre y cuando se permita hacerlas -y por tanto el arte esté por encima de la comercialización de este- se hará un enlace, pero recomiendo encarecidamente visitar la sección de Fotografías turísticas por si se me pasara), ¡pues bien, eso se acabó!. A partir de ahora con mis críticas (que siguen el estilo de las de la temporada televisiva) podréis saber que merece la pena ver y que no y así ahorraros tiempo y dinero (en principio, ya veremos como se tercia, sólo aparecerán aquí las de la temporada de invierno, para las de primavera -siempre suele haber un recambio sobre febrero-marzo- probablemente se publique otro artículo) ¡y atención que estamos en continua actualización!:

Escándalo en el Palacio Real:las exposiciones temporales que siempre habían sido gratuítas, ahora se cobran, a precios bastante considerables y naturalmente sin dejar hacer una sola fotografía. Los descuentos son mínimos y sólo en días y horas muy concretos se puede entrar gratis. Es verdadera y auténticamente vergonzoso que Patrimonio nacional se haya unido a quienes prefieren patrocinar el dinero al arte, ¿en que se supone que está pensando esta institución?. En cualquier caso, una vez más, se produce otra muerte de otra casa de la cultura (más detalles sobre este tema aquí). Por lo tanto, y como iniciativa de protesta desde este blog, por el momento no se les referenciará, o si se hiciera, se haría de una manera totalmente crítica (la verdad es que hoy día se está produciendo una extraña paradoja: las instituciones públicas cobran y las fundaciones privadas no; y las exposiciones de las primeras no son en absoluto necesariamente mejores…).

Palacio Real

-Relojes de Reyes en la corte española del s. XVIII, la medida del tiempo: a un precio de 4 euros, dos con descuento (y encima sin poder hacer fotos); finalmente visité la exposición en los días gratuítos que hay: miercoles y jueves (a partir de las tres de la tarde, pero sólo hasta las seis), cosa que recomiendo fervientemente a todo aquel que pueda permitirselo, pues la exposición no vale ese dinero debido a sus reducidísimas dimensiones (sólo dos salas) y calidad. He de decir de todos modos, que al menos el personal es atento y amable.

Esta es una exposición que se plantearía en principio muy interesante, hay verdaderas joyas en los Palacios Reales e incluso Carlos IV era conocido como «el Rey relojero». Sin embargo la oportunidad se desaprovecha totalmente con un montaje absolutamente horroroso, eso sin nombrar la escasísima información proporcionada, personalmente, yo salí con los mismos conocimientos con los que había entrado, y es que parece que sea la primera exposición del comisario. Lo único interesante (y un tanto peligroso), es el hecho de que no hay protección alguna para las obras expuestas, con lo cual uno se puede acercar cuanto quiera.

Respecto a lo expuesto, muchos de los relojes se pueden ver perfectamente en una visita a cualquiera de los palacios de patrimonio nacional; aunque hay algunos sacados de salas que no se visitan. En cualquier caso, las piezas más interesantes son dos traídas de la Zarzuela, y pertenecientes a los Reyes que las cedieron gentilmente para la exposición.

No obstante, reconozco que resulta interesante ver a todos los relojes descontextualizados, pues en medio de la sala de un palacio, entre tanta vorágine barroca dedicada a ensalzar una misma idea uno no puede fijarse con verdadero detalle en muchas cosas, y esta exposición da esa oportunidad. Recomiendo también fervientemente esperar el tiempo suficiente para que uno o varios relojes den las horas y tener la oportunidad de escuchar su encantador tintineo.

En todo caso, aunque es interesante de ver, lo cierto es que esta exposición está muy por debajo de otras que se organizaron anteriormente (¡y gratis!) que habían dado fama al Palacio de calidad garantizada; por lo tanto sólo me queda decir que es una exposición muy ligeramente recomendable, sólo, claro está, si se va en los días gratuítos (el hecho de que se cobre clama al cielo, no sólo por lo anteriormente explicado con tanta indignación, sino porque la calidad de la exposición a todos los niveles no lo merece en absoluto).

Museo del Prado

-El Hermitage en el Prado: este museo siempre ha sido polémico en este blog (ver por ejemplo este artículo), por ser nuestro museo nacional por excelencia y por el poco amor que parecen sentir por el arte. Y lo cierto es que sus precios no dejan de ser bastante escandalosos para la exposición temporal de un museo público (la gran paradoja de hoy en día es que los museos públicos cobran una barbaridad y las fundaciones privadas ofrecen exposiciones de no menor calidad gratis, ¡el mundo al revés!): ¡12 euros! (y reducida 6), ¡por el amor de Dios!, creo que entrar en el propio Hermitage saldría más barato que venir a esta exposición (y pardójicamente nadie parece dispuesto a castigarles, a las 4 de la tarde de un día laborable, estaba lleno y había colas dentro de la propia sala para aproximarse a los cristales donde se exhibían las obras… lo nunca visto). Naturalmente, no se pueden hacer fotos y sólo los parados entran gratis (¡gracias a Dios que hay un colectivo por el que se siente compasión!).

En lo que respecta a la exposición, está bastante bien montada como es habitual en el Prado, aunque en realidad es porque no son originales, siguen los mismos esquemas para todas, está claro que el comisario no tiene un mínimo de ingenio: esto funciona, esto se hace; o dicho de otra forma: es más predecible que una planta de El corte inglés.

Hay buenas explicaciones y una cartela para cada obra y en general, sales teniendo la impresión de que conoces mejor el palacio-museo ruso. La planta más interesante es la baja, en la que están los grandes tesoros reunidos por la dinastía Romanov, la segunda, con el arte moderno, es más bien extra, tanto a nivel de cantidad como de calidad.

En lo que respecta a las obras, la mayoría son buenas (aunque no hay ninguna extremadamente conocida) y sobre todo destaca una gran variedad de géneros: pintura, escultura, orfebrería… etc.

¿Recomendable?, teniendo en cuenta el precio, considero que, si tienes una mínima posibilidad de viajar algún día a Rusia, puedes ahorrarte la entrada de la exposición, sería absurdo pagar semejante dineral, seguro que entrar en el propio Hermitage es mucho más barato. Si estás completamente seguro de que nunca vas a ir al país de los Urales, entonces sí, a pesar de todo, merece la pena ver algunas de las obras de una de las mayores colecciónes de uno de los museos más grandes del mundo (un día es un día).

-Las miniaturas en el museo del Prado: nuestro gran museo nacional saca más de sus colecciones y nos enseña las fascinantes miniaturas, situadas cerca del tesoro del Delfín (desconocido por muchos por estar en un sótano y dentro de una caja fuerte gigante). Realmente merece la pena ir a verlas si estás de paso por el Prado, hay más de una obra interesante, aunque apena mucho que sean tan pocas las expuestas.

-El Prado por Francesco Jodice: buena idea, mal desarrollo. El pensamiento original sin duda era muy bueno: recoger las reacciones de las personas que visitan un museo, y convertir en protagonistas por una vez a todos esos anónimos que también son una parte importante de su historia. Situado en dos salas totalmente distantes entre sí, hará que muchos se planteen si merece la pena ver la exposición al completo. Los distintos videos de personas contemplando obras no aportan demasiado pues son gente que sabe que se la está grabando, por lo que su interés es bastante limitado. Tiene un montaje relativamente bueno.

-Aníbal vencedor contempla por primera vez Italia desde los Alpes: es la primera obra documentada de Goya y pertenece a una fundación; sin embargo, estará durante seis años en el Prado (así que tenéis tiempo para ir a verla).

Aunque tiene la habitual calidad y belleza de Goya, lo cierto es que se le ve cierta falta de experiencia que más tarde cogería, sólo hay que ver la postura extremadamente amanerada de Aníbal que parece estar a punto de bailar música disco

-La obra invitada: este fabuloso programa consiste en que los más famosos museos hacen intercambios de algunas de sus obras más importantes y las intercambian durante un tiempo, de ese modo, llegan a Madrid obras de todo el mundo. La obra invitada suele contar con una sala para ella sola y está muy bien explicada con folletos específicamente para ella que además suelen traer una reproducción de cierta calidad de la misma. Lamentablemente, todas estas cosas buenas se ven ensombrecidas por la horrorosa desorganización que ronda este tema: la obra invitada suele estar perdida por en medio del Prado, jamás tiene una sala concreta donde ir a buscarla, y por supuesto, nunca se anuncia si la hay o cuando viene una nueva, de modo, que si se encuentra suele ser de pura casualidad y es probable que perdamos muchas por el medio si no pasamos a menudo por el Prado, por mi parte, en Universo de A, trataré de reflejar todas las posibles, en fin, en este momento está:

   -La acróbata de la bola, de Picasso: como parte de este año dual España-Rusia nos llega esta obra de uno de nuestros grandes artistas, que por lo visto, rara vez sale del museo del que procede.

La obra es moderadamente interesante y tiene cierto encanto (sobre todo por el contraste entre el hombre del primer plano y la chica del segundo), pero francamente, a mi Picasso nunca me ha fascinado.

Fundación Carlos de Amberes

La verdad, no conocía mucho esta fundación y no me había interesado demasiado por sus exposiciones (a pesar de que las ha tenido interesantes) hasta este momento en el que la actual ha llamado realmente mi atención. En todo caso, el hecho de que las exposiciones sean de pago (excepto el martes que es gratis) y de que no haya ningún tipo de descuentos, no benefician en absoluto a su labor de difusión cultural, convirtiéndola en una gran desconocida y poco referenciada, sin duda, eso es algo que deberían cambiar. El exterior del edificio donde se situa es interesante. En este momento, la exposición, de sumo interés, que se puede ver es:

-La orden del Toisón de oro y sus soberanos: hay casos y casos, generalmente, es más fácil que se haga una exposición en la que no haya obras de gran interés pero que sin embargo la información dada sea muy buena, y también se puede dar que ni la información ni las obras sean buenas; lo que es mucho menos frecuente, y este es el caso de esta exposición, es que las obras sean muy buenas y la información escasa.

No hay duda de que ha habido un gran esfuerzo logístico para montar esta exposición: obras de muy distintos lugares, muchas de las cuales rara vez se muestran al público, se juntan aquí creando un todo espectacular, eso sin contar los Toisones, algunos prestados por la propia Casa Real española que ahora el público puede admirar y ver de cerca.

Sin embargo, y a pesar de todas estas cosas buenas, la información que se nos da acerca de la exposición es bastante superficial y no entra en demasiado detalle acerca de la historia de la orden, cualquiera que tenga un mínimo de idea sobra su historia no sacará nada nuevo, quizás como máximo en el buen video que se muestra al final y en el que lo más interesante son las imágenes. Además, es pequeña, en poco más de tres salas se hace un resumen de todo, lo que hace que te apenes, pues sabes que la exposición hubiera podido dar mucho más de sí. El montaje, es por lo demás aceptable.

Sin embargo, y dada la gran excepcionalidad de las obras que se exponen y su gran interés, no puedo sino recomendarla pues no habrá muchas oportunidades de ver algo tan excepcional (está además bajo el patronazgo honorífico de una importante parte de la realeza europea -los miembros de la orden del Toisón-), eso sí, yendo en martes (día gratuíto) porque la verdad, no merece los cinco euros que se pretenden cobrar por ella. Además, no se pueden hacer fotos.

Sala de exposiciones del Teatro Fernán Gomez

Aunque esta sala de exposiciones no abre muy a menudo (y si lo hace, desde luego no se promociona nada, la exposición que comentaré la descubrí investigando), cuando lo hace, sus exposiciones suelen tener gran calidad, y la actual, no es una excepción, se trata de:

-Viaje al cine español: 25 años de los premios Goya: ¡Los premios Goya cumplen 25 años!, y con motivo de eso, la academia de cine entre otras instituciones, organiza una gran exposición en la que se homenajea toda su trayectoria y a todas las películas que consiguieron el máximo galardón: el Goya a la mejor película.

Aún cuando uno echa de menos explicaciones más profundas y una mayor introsprección de la historia de la academia española (no se da una gran información realmente, sólo pinceladas), lo cierto es que lo exhibido no tiene precio: bocetos, guiones, vestuario, maquetas y hasta algún decorado original (el de Mujeres al borde de un ataque de nervios), completan una exposición con un más que esmerado montaje (magníficas reproduciones de los decorados, audiovisuales, audios, y un ambiente magnífico) en el que se nos introduce en cada una de las películas que obtuvieron el preciado galardón. Imprescindible la visita a esta exposición para los cinéfilos, apasionante para los amantes del cine español y muy interesante para el resto. Por supuesto es gratis, y además se pueden hacer fotos.

Casa de Galicia

Fue una verdadera sorpresa para mi el descubrir que había este lugar en Madrid (e imperdonable, teniendo en cuenta el especial afecto que siento hacia esa comunidad como se ha hecho ver en varias ocasiones en este blog), y no en un lugar cualquiera, ¡en pleno Paseo del Prado!, ¡justo al lado del Museo del Prado y de la iglesia de los Jerónimos!. Por ello, ahora, todo el que se acerque a estos insignes monumentos debería pasar también por la Casa de Galicia, que podría convertirse en otro interesante referente en el conocido «paseo del arte» (aunque para ello tendrán que mejorar, entre otras cosas, los montajes de las exposiciones). Por supuesto, sus exposiciones son gratuítas, no se pueden hacer fotos, pero regalan los preciosos y bien hechos catálogos. El edificio también merece la pena que sea visitado, fue la mansión de un intelectual y está magnificamente cuidado. En estos momentos nos podemos encontrar:

-Antón Abreu Bastos, Antología retrospectiva: con un estilo muy simbolista y claramente arraigado a la naturaleza, es una exposición que te puede llamar más o menos, pues alude mucho a la sensibilidad y los recuerdos de las personas; es decir, puede interesarte muchísimo o dejarte totalmente frio.

-Lagasca: aunque no extremadamente original (estilo naturalista de temática marinera gallega con colores a lo Warhol), si hay alguna que otra obra interesante y que merece la pena ver.  

La Casa encendida

Si por algo ha destacado siempre esta fundación de Cajamadrid es por su extremado vanguardismo y por ser el lugar dónde se veía el arte más alternativo (y además es gratuita y se pueden hacer fotos); es más, yo solía ir aunque sólo fuera para sorprenderme, asombrarme, quedarme con la boca abierta, iba siempre con la emoción de «haber que hay en la Casa encendida» (hasta su nombre resulta original y atractivo), y la verdad, siempre lo conseguían pues nada era convencional, sus propuestas eran siempre originales (y sin embargo, casi siempre con estilo), se podía ver desde un taller artístico en pleno proceso de creación de las obras de arte expuestas hasta una sala llena de pájaros que tocan instrumentos al posarse sobre ellos, vamos, que su visita nunca dejaba indiferente… o al menos hasta ahora, más detalles en la exposición actual:

-La caballería roja. Creación y poder en la Rusia soviética de 1917 a 1945: esta última exposición me ha asombrado por su sorprendente convencionalismo, cierto que ya se han hecho exposiciones en las que se muestran objetos, bocetos, obras de arte… pero incluso en ese tipo se abordaba con una permantente originalidad; sin embargo este no es el caso (quizás con el objetivo de hacer la fundación accesible a más público, pues lo cierto es que su forma de exponer no era fácil de aceptar por todo el mundo), porque, dejando de lado la calidad de la exposición (que la tiene y mucha)… ¿este academicismo expositivo es una señal del fin de aquel vanguardismo radical -aunque agradable y que siempre suponía un respiro de aire fresco- que ha dado tanto renombre a la Casa encendida? (la única concesión a lo no convencional es la presencia de un theremin y otros aparatos sonoros con los que se puede interactuar), con el tiempo lo sabremos (aunque tengo la impresión de que algo ha cambiado por allí a nivel de cargos, veo cambios bastante curiosos incluso en la forma de llevar el lugar).

En lo que respecta a la exposición de esta crítica, es realmente apasionante y podrá cumplimentar muy bien nuestros conocimientos sobre Rusia, país que últimamente nos asalta y está en todos los sitios (o por lo menos en muchas exposiciones temporales), será por el año dual España-Rusia. En cualquier caso, la exposición está muy bien explicada (a pesar de que no tienen folletos, tienen unas fichas muy originales que utilizan siempre y que hablan de una obra concreta, sin embargo, a menudo aportan más bien poco y están llenas de datos innecesarios debido a la obligatoreidad de seguir siempre el mismo esquema) y montada es muy extensa, exhaustiva y realmente interesante y hay más de una obra importante. Es por tanto una exposición muy señalada y sin duda altamente recomendable, aunque, y quiero destacarlo, esperemos que no se pierda ese estilo ultravanguardista pero siempre con estilo que hizo que muchos nos sorprendieramos muy positivamente con esta institución. 

-Vuelva usted mañana: bueno, después del todo la Casa encendida no ha abandonado sus encantadoras extravagancias. Con un título que es una referencia clara a un famoso texto de Larra, nos encontramos una instalación interactiva a lo largo de varios pisos, que nos lleva a reflexionar sobre la burocracia, sus esperas y sus absurdas exigencias mientras nos divertimos formando parte de la obra y siguiendo un apasionante recorrido que culminará con la entrega de un diploma tan inútil como los papeles y títulos que tantas veces acumulamos vanamente. Sin embargo, a pesar de que la idea en sí es buena, su desarrollo deja un poco que desear y es un tanto superficial, en varios casos podría haberse expresado mejor la sensación del permanente enfrentamiento con la inevitable burocracia. En cualquier caso es, no sólo una interesante obra de arte, sino también un divertidísimo entretenimiento del que seguro que disfrutaréis si os prestáis al juego del arte.

-Migraciones, un planeta en movimiento: apenas reseñanle, no se trata de arte sino de concienciación social, lo más interesante la instalación de los teléfonos que permite un peculiar «voyeurismo acústico» (a pesar de que sabes que son actores). En cualquier caso, como siempre, la visita a la terraza de este lugar siempre es sumamente agradable.

Fundación Canal

La fundación del Canal de Isabel II tiene hasta tres salas para organizar sus exposiciones en Madrid, en la Plaza de Castilla tiene dos, una siempre gratuíta y la otra de pago (y naturalmente, suelen ir exposiciones de renombre, aunque rara vez son tan desmesuradamente interesantes o espectaculares como para pagar por ella, si es que cuando uno se acostumbra a ver arte gratis…), y finalmente, otra sala más en la calle de Santa Engracia, que suele tener exposiciones muy desiguales, tanto las hay muy buenas como nada interesantes. En cualquier caso, siempre merece la pena ir por el edificio en sí, pues la sala es un antiguo depósito de agua (sí, está situado en un depósito, por tanto, prepararos para la seguridad y llevar el DNI), en el que a menudo se puede subir incluso a la cuba que a veces es acondicionada para las exposiciones (frecuentemente videos); por lo tanto, aunque sólo sea por el peculiar edificio dónde están instaladas, siempre merecerá la pena la visita.

Por alguna extraña razón, la Fundación no ha querido diferenciar sus distintas salas poniéndoles tan siquiera un nombre diferente, así que yo mismo tendré que establecer la diferencia:

   -Sala de santa Engracia:

-Juan Gatti, Contraluz: esta ha sido una exposición inesperadamente muy interesante, y es que el modo de publicitarla la hacía muy poco atractiva. Reconozco que no conocía a este artista que tanto ha contribuído a nuestro cine (y me avergüenzo por ello), por eso ha sido maravilloso el haber podido descubrir a este «creador de imagenes», como el mismo se define, en esta exposición que es sin duda una de las mejores de la ciudad.

El propio artista se implicó en el montaje, y eso se nota, es de una brillantez absoluta desde el principio hasta el final (quizás con el defecto de que en la planta baja el espacio es un tanto reducido para la cantidad de obras expuestas) y dado que todo ha sido perfectamente acondicionado para ser expuesto precisamente ahí, la propia exposición se convierte en una obra de arte. Es más, lamentablemente, es más espectacular la forma de exponerlo que lo expuesto en sí, pues las fotografías, que luego se pueden ver independientemente en un libro y que era la idea original, tampoco son nada del otro mundo, por tanto, en el libro pierden la espectacularidad y el interés del montaje.

En cualquier caso, la exposición retrata toda la trayectoria, los trabajos más conocidos para el cine (colaboraciones habituales con Almodovar, fotografías para el Vogue…), con lo que ya sentiremos que no estamos ante un desconocido, y las siguientes plantas sugieren unas obras que sinceramente no necesitan explicación (a pesar de que podemos tener una visita guiada gratuíta muy buena) pues en muchos aspectos todo es muy Freudiano, nos damos cuenta de que no importa tanto lo que quiera decir el artista como lo que nos suscita a nosotros.

Todo culmina con un fascinante video en la cuba, que es sin duda el mejor final y en el que imágenes y sonidos parecen crear la sensación de un planetario y una situación de gran placer artístico. Es en definitiva una exposición imprescindible en este momento.

   -Sala de pago de Plaza de Castilla

-Da Vinci, el genio: que una exposición cometa el grandísimo error de utilizar «Da Vinci» como si fuera el apellido de Leonardo (no encontraréis a ni un sólo historiador del arte que le llame por ese «apellido») y no su pueblo de origen, ya debería de dar una pista de lo que nos vamos a encontrar, pero, la muestra hay que reconocer que está bien promocionada, y como la gente suele pensar, si hay que pagar, por algo será.

La exposición ronda la estafa, sobre todo cuando ninguna de las obras con las que se anuncia por doquier (las más conocidas) forman parte de lo exhibido (aunque por otra parte ya imaginabamos que no iban a ser tan hábiles como para sacar la Mona Lisa del Louvre), pero cuando por encima, una vez dentro, se descubre que no hay ni una sola obra de Leonardo (sólo unos diminutos bocetos), es que ya clama al cielo, y más habiendo cobrado entrada (hay diversos descuentos, prácticamente sólo parados y minusvalidos entran gratis).

¿Que qué nos encontramos? pues reproducciones por todos los lados: de sus inventos, de obras de arte… de todo, casi absolutamente nada es original, a pesar de haberse dado tanto bombo, y lo poco original que hay, no tiene demasiada calidad y desde luego, no es tan deslumbrante como para pagar por ello.

Pero, por otro lado, la información que da de sus más conocidas obras es abundante e interesante, profundizando en varias de ellas. Sin embargo, quizás en lo que más se centre la exposición es en su faceta como ingeniero e inventor, así, encontraremos reconstrucciones de muchos de sus más famosos inventos (como las máquinas voladoras).

En definitiva, ¿merece la pena? pagar por ella no, desde luego, pero si se tiene tiempo y mucho interés en el genio italiano puede resultar interesante.

   -Sala gratuíta de Plaza de Castilla

-Observados, voyeurismo y vigilancia, a través de la cámara desde 1870:  es una exposición muy bien montada y explicada aunque dependa totalmente del folleto y no se puedan hacer fotos. Sin embargo su interés es un tanto limitado, pues se espera mucho más y la sala de la violencia (aunque también vamos advertidos) es bastante desagradable. No hay ninguna obra que fascine extremadamente sin embargo si que tendremos la oportunidad de aprender cosas (por ejemplo el origen de los paparazzi)

Centrocentro

En el antiguo palacio de telecomunicaciones, ahora llamado palacio de Cibeles, se alza Centrocentro, un nuevo centro cultural que está dando sus primeros pasos en una ciudad tan llena de cultura como Madrid. De momento sólo está empezando así que es prematuro juzgar sus precarios comienzos a nivel de exposiciones, pero sabiendo que depende directamente del Ayuntamiento de la villa (que está justo al lado), quizás podamos esperar grandes cosas de este lugar. De todos modos, en este momento podemos encontrar:

-Belén del ayuntamiento: la institución presume de su nuevo edificio, y aunque ya antes hizo avanzadillas en él colocándolo en el exterior de este (si uno se fija, curiosamente el Belén siempre se sitúa precisamente en el último logro político del ayuntamiento), ahora quiere celebrar su triunfo absoluto poniéndolo en el interior. Las figuras son las de siempre, pero el montaje es muy interesante debido a su variable iluminación o su simulación de las estrellas, quiero resaltar especialmente el portal lleno de ángeles. Merece la pena hacer la cola.

-Subida a la torre: tras meses en los que esta actividad fue totalmente imposible debido a sus colas interminables, por fin hay posibilidades de subir sin mayor problema (siempre que no llueva) y la verdad, merece la pena, las vistas son realmente espectaculares y tienen la propiedad de toda buena vista: relajar, hacer sentir bien y darse cuenta de lo hermoso que es el lugar.

-Paseo por el amor y la muerte: interesante exposición en la que se recorren algunos de los tesoros del arte en Madrid. Especialmente divertido el hacer que tu cara aparezca en un cuadro importante. Montaje bastante espectacular.

-Integrados: parte de una premisa original pero no la desarrolla todo lo que debería, deseamos conocer más sobre las personas que aparecen en las fotos y no vagas referencias sobre un pasado de exclusión social. Si se hubiera implicado más hubiera sido muy buena.

-Palacio de Cibeles: probablemente se quedará para siempre (eso esperemos) y supone un interesantísimo recorrido por toda la historia de uno de los edificios icónicos y más queridos de Madrid que ahora es accesible a todo el mundo y que se ha convertido en un magnífico centro de ocio, donde la gente puede sentarse a leer en los sofás o descansar entre libros.

Muller-Campano, Proceso de rehabilitación del Palacio de Cibeles: serie de fotografías sin demasiado interés en las que se nos muestra un montón de andamios y lo difícil que fue restaurar el sitio hasta estar como lo vemos en la actualidad. Pura publicidad de reciente apertura.

-NY, zona cero, fotografías de Joel Meyerowitz:  nada del otro mundo, aunque suene frívolo, ya sentimos el 11-M muy pasado y desde luego, en este caso, sin ningún interés artístico.

-Post-it city, ciudades ocasionales: exposición moderadamente interesante en la que se ven múltiples casos de rehabilitación de espacios que no tenían ningún uso. Su múltiple extensión y exhaustividad hace que pueda ser muy interesante para todo aquel que le interese el tema. Su montaje también es muy interesante. En cualquier caso, es probablemente la exposición más interesante en este lugar en este momento.

-Francesc Torres. Memoria fragmentada: es una premisa interesante y está bastante bien montada. Vale la pena echarle una ojeada si se pasa por aquí.

Sala de exposiciones El Águila

Es una sala bastante desconocida dentro del panorama expositivo madrileño, quizás, porque se abrió hace relativamente poco. Las exposiciones que allí se celebran son muy variables en interés, pero merece la pena ir aunque sólo sea para poder visitar ese precioso edificio de principios del siglo XX y antigua fábrica de cerveza. En cualquier caso, en este momento se puede ver:

-Mario Vargas Llosa, la libertad y la vida: interesantísima y muy exhaustiva exposición (aunque se echa de menos el que mencionen el hecho de que S.M. el Rey le condeciera un marquesado) sobre el escritor peruano y español. Personalmente no lo conocía mucho, pero la exposición consiguió levantar y mantener mi interés sobre este personaje literario (requisito básico de toda buena exposición). Con varias plantas dedicadas al tema, profundiza en la vida, en la obra e incluso en las influencias del escritor. El montaje es también bueno (aunque las mesas expositivas son muy delicadas, no sé en que estaba pensando el comisario). Fundamental para todo amante de la literatura de Vargas Llosa e interesante para los demás. Es gratis y se pueden hacer fotos.

Museo Thyssen & Fundación Caja Madrid

Como es costumbre, museo y fundación se dividen una gran exposición, en la que curiosamente, en el primero hay que pagar (y precios bastante considerables para ser un museo público, afortunadamente, hay descuentos e incluso posibilidades de entrar gratis), y en la segunda no, es raro, pero es así (eso sin nombrar lo distantes que están el uno de la otra, durante un tiempo tuvieron la buena idea de poner un autobús para que se pudieran ver las dos partes tranquilamente). De ese modo, las mejores obras siempre suelen acabar en el Thyssen, aunque en esta última exposición, parece ser una excepción (al menos por lo que he visto de momento), pero como aún no he visitado la del museo, aún no puedo dar un juicio certero. En cualquier caso, la exposición es:

-Arquitecturas pintadas:

   -En Caja Madrid: sumamente interesante, bien explicada en el folleto, aunque debido al local en sí, un tanto complicada (eso sin nombrar si tienes que ir al servicio, dos plantas más abajo por escaleras) y un poco desorganizada. En cualquier caso, la visita es más que interesante y puede resultar apasionante, especialmente para los que gusten del paisajismo urbano. Se podrán encontrar algunas curiosidades divertidas, como en la sala de los caprichos arquitectónicos en la que se ve como un pintor sitúa la inmensa catedral londinense de san Pablo en reducido un canal de Venecia.

En mi caso, reconozco que no puedo ser neutral, puesto que todas las obras tenían un especial sentimentalismo, ya que recordaba mis viajes, especialmente el realizado a Italia (fotos disponibles), y no podía parar de recordar y de pensar en cosas como «oh, en esta calle me pasó esto», ¡ah!, por aquí se iba a tal lado», «¡pero como me gustaba este palacio, y este sitio del fondo… ¿no tenía tal leyenda?». En cualquier caso, es una exposición interesante.   

   -En el Thyssen: una vez más, los museos públicos nos sorprenden (sí, es un museo público, a pesar de lo que cree la gente) y la exposición temporal cuesta tanto como la propia entrada al museo, incluso con los descuentos (aunque hay colectivos que entran gratis). Naturalmente no se pueden hacer fotos tampoco. Ahora que la he visto, sigo creyendo que la parte más interesante de esta exposición está en Caja Madrid, por lo tanto, aunque se pueden encontrar cosas interesantes, no parece en absoluto imprescindible venir a ver esta parte del Thyssen y menos con estos precios. En lo que respecta a la exposición, está bien montada aunque con el estilo habitual, bastante bien explicada (aunque como siempre se apoya demasiado en el folleto), y no hay obras conocidísimas o destacadísimas, es más a veces uno piensa que es sólo para fans de la arquitectura (a todo esto, resulta divertidísimo el que algunos cuadros intenten hacer creer que tienen una historia, por ejemplo, uno del Moisés recogido de las aguas, en donde los personajes son prácticamente un punto en el lienzo y unas arquitecturas enormes lo ocupan todo jajajaja)

Y exclusivamente en el Thyssen podemos encontrar:

-Berthe Morisot, la pintora impresionista: aunque más barata que la anterior, tampoco es extremadamente asequible. Siempre resulta interesante conocer a una mujer artista y más en el que suele ser un mundo de hombres, sin embargo, la exposición, a pesar de estar relativamente bien montada y explicada no acaba de seducir pues ninguna de las obras impresiona mucho. Sólo apta para adoradores del impresionismo.

Museo Reina Sofía:

Como siempre, el museo español por excelencia del arte contemporáneo y que tiene la grandísima ventaja de que se puede hacer fotos en él (sin flash), tiene varias exposiciones temporales, cuatro concretamente, pero casi ninguna de ellas es extremadamente fascinante, en parte debido a sus montajes (además, en este museo al contrario que en los demás, las salas parecen invadirlo todo y tener más protagonismo que las obras, aunque quizás es eso precisamente lo que denota una buena obra y otra mala) que son siempre muy simplistas y que dejan mucho vacío, tanto espacial como de conocimientos en algunso casos; eso sin nombrar la mala manía que les ha entrado de poner todas las cartelas juntas al final de la sala, haciendo mucho más incomoda la contemplación de las obras. En fin, las exposiciones son:

-Muntadas, Entre/Between: esta exposición resultó mucho más interesante de lo que podía haber imaginado, y es quizás lo que más merece la pena ver en este momento en el Reina Sofía (a nivel temporal, obviamente, la colección permanente sigue siendo la colección permanente). Dividida en diez espacios de los que se explica relativamente bien su distribución y uno no se piderde demasiado, sólo cuando se pone a buscar la parte situada medio escondida en las escaleras del edificio nuevo (puesto que sólo está situada en las zonas que no tienen conexión con el edificio viejo), que paradójicamente es una de las más interesantes pues nos enseñan una especie de making of del edificio nuevo del museo. No obstante, desde aquí quiero reinvindicar que se acabe esa mala manía que les ha entrado ahora por distribuir las exposiciones primero en un rincón del museo, luego en otra planta distinta, y la continuación en otro edificio diferente… ¡qué manera de marear al visitante!, estoy convencido de que, excepto los realmente interesados en la exposición y en el arte son los únicos que se molestan en hacer el recorrido completo, y encima, con lo laberíntico que puede resultar el Reina Sofía, hasta a los que lo conocemos nos cuesta llegar a los sitios (y no te creas que muchos de los vigilantes de sala se situan más fácilmente). A pesar de eso, se puede decir que está bien montada y bastante bien explicada.

Pero volviendo al tema de la exposición, aunque es indudablemente interesante, todo el tiempo la ves como algo que ha pasado, muchas veces lo que estás mirando no son sino reproducciones o testimonios de lo que fue una instalación, por lo que tienes la impresión de sólo ver el reflejo de un pasado.

Sin embargo, hay múltiples obras interesantes que uno no se debe perder, algunas bastante espectaculares, quiero destacar especialmente los espacios de «Esferas de poder» o «Sistemas del arte».

-Andreas Fogarasi, La ciudad de color/ Vasarely go home: distribuída de las formas más absurdas por varias plantas del museo, el paseo no merece mucho la pena, poco hay que apreciar en esos bloques de mármol que no producen demasiada fascinación, quizás los más interesantes son los de la terraza del edificio nuevo.

-Locus Solus, Impresiones de Raymond Roussel: exposición interesante aunque poco profunda y con no muy buen montaje (lo cual suele caracterizar a todas las exposiciones del museo) aunque muchos de los objetos expuestos son muy interesantes. Al salir, a menos que leas con tranquilidad el folleto (error fatal, este sólo debe de servir como complemento y no base de todo), no sentirás que conoces mejor ni al escritor ni a la obra. En todo caso, la exposición temporal más interesante en este momento.

-Alighiero boetti, estrategia de juego: los famosos mapas no me impresionan y no me parecen arte. El principio de la exposición parece una feria de artesanía, y hay momentos de esos que a veces te vienen con el arte contemporáneo en que sientes que te están tomando el pelo (lo de papeles enmarcados y pintados con bolígrafo me pareció demasiado…). Afortunadamente, mejora al final y llega a resultar bastante interesante esta última parte.

-Elena Asins, fragmentos de la memoria: las palabras literales de la artista «nunca pretendí hacer arte ni ser llamada artista», no hace falta que lo jures. Da la impresión de estar atrapado en una clase de perspectiva o de arquitectura. Hay alguna obra medianamente interesante o original («el agujero negro», por ejemplo), pero es la excepción que confirma la regla.

Además, el Reina Sofía tiene dos delegaciones muy poco conocidas, y la mayoría de las veces visitadas por pura casualidad, que están presentes en los Jardines del buen Retiro, y son:

   -El palacio de cristal: este lugar (y su entorno, por supuesto) es tan bello por si mismo que merece la pena ir sólo para verlo, sin embargo, lo cierto es que si hay algo dentro, siempre merece la pena entrar, por el edificio en si desde luego, pero sus instalaciones siempre suelen tener algo de espectacular o un encanto especial, en todo caso, en este momento podemos encontrar:

-Soledad Sevilla, Escrito en los cuerpos celestes: aunque no es extremadamente interesante ni tampoco nos llevará a grandes reflexiones, puede merecer la pena pasarse por aquí (especialmente si se va a ver la del palacio de Velázquez). En cualquier caso, tiene algo de bonito eso de estar cubierto bajo un cielo de signos expresivos y hace que te recuerde un poco a la Sainte Chapelle.

   -El palacio de Velázquez: a pocos metros del anterior y sin su belleza, sin embargo, no es un edificio que pase desapercibido, y por cierto, su nombre no tiene nada que ver con el célebre pintor, es el de su arquitecto, como se puede comprobar en los medallones del exterior del edificio. En este momento podemos ver:

-René Daniëls, Una exposición es siempre parte de un todo mayor: sorprendentemente interesante (pues hay que reconocer que al Retiro el Reina Sofía nunca lleva lo mejor de lo mejor), realmente merece la pena acudir para verla, su neoexpresionismo, y esa mezcla de realismo y fantasía hace que se evoquen las más variadas emociones. Muy interesante.

Museo ABC, centro de arte, dibujo e ilustración:

A pesar del nombre, lo cierto es que este lugar no es realmente un museo, pues no tiene una colección permanente, es más tipo fundación, dónde se suelen ir haciendo varias exposiciones temporales a lo largo del año, la mayoría de ellas, por supuesto, con fondos del periódico ABC. No tengo muchas referencias de ellos pues hace poco que abrieron, pero si tengo un muy buen recuerdo de su primera exposición, además, por si fuera poco es gratis, y sobre todo, se permiten hacer fotos sin flash, ¡bravo por ellos!. En cualquier caso, las que hay ahora son: 

-La elegancia del dibujo, crónica de París, Carlos Saenz de Tejada: decepcionante, se puede hacer arte con moda, se ha demostrado muchas veces Annie Leibovitz es el ejemplo perfecto (para saber más sobre ella y sus famosas y preciosas fotografías, ver este artículo) hoy día. Pero este tal Carlos Saenz de Tejada simplemente reproduce vestidos sin casi ningún arte, si se encuentra alguna ilustración medianamente original, es la excepción que confirma la regla. Academicista, y poco estiloso (algo imperdonable para la moda) sólo crea la mera reproducción de un vestido en un dibujo y no (como sabe todo buen publicista) la sensación que produce llevarlo. Fijaos hasta que punto la exposición es un tanto aburrida que las cartelas son más interesantes que las obras. No obstante, puede ser la exposición ideal para combinar con la de Yves Saint Laurent de la Fundación Mapfre.

-Conexiones 02, un mensaje para Anabel.com: es inesperadamente (sobre todo porque es claramente la exposición secundaria), lo más interesante que se puede ver en el ABC en este momento. Arte contemporáneo que se quiere poner al alcance del público y que pide su participación, lo que está expuesto en sí no es gran cosa, pero las ideas que maneja son apasionantes. Perfectamente recomendable.

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-Japón, paraíso de los personajes animados: interesante exposición que nos dará la oportunidad de, a muchos sentir nostalgia y recordar, pero en todo caso de aprender sobre la increible relevancia de los personajes animados en el país nipón, que es mucho más de la que muchos imaginan.

Bien montada, bien explicada y muy interesante, puede resultar un modo magnífico de aprender más sobre este tema.

-En la planta baja, aunque no está anunciada, según entramos hay una pequeña exposición sobre el cómic de hoy día, vale la pena verla.

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-La caja secreta de Snowhite: con un estilo muy gótico-TimBurtiano, la artista apenas aporta nada nuevo al cuento de hadas (y es que, la realidad es que estos ya han sido tan analizados y sobreanalizados -incluso en Universo de A se ha tratado múltiples veces este tema- de tantos modos que es difícil aportar algo novedoso). Con un montaje medianamente bueno y en todo caso atractivo, es una exposición pequeña pero disfrutable en el escaso tiempo que dura su recorrido, pues apenas hay información y no suscita grandes reflexiones.

Real academia de bellas artes de S. Fernando:

-El barroco, teatro de las pasiones: a precios bastante considerables (5 euros la entrada general, escandaloso para un museo público) se presenta una colección privada de un conocido, entre otras cosas escenógrafo de varias óperas del Teatro Real (como La incoronatione de Poppea). Con sólo tres salas y apenas unas pocas obras realmente interesantes (y de temática muy repetitiva), hasta un fanático del barroco como yo tiene sus reservas en recomendarla. Sólo apto para los muy fans del estilo.

Fundación Mapfre:

-Sala de AZKA: este lugar de la fundación Mapfre fue originalmente su sala de exposiciones principal, hasta que se hicieron con el edificio de Recoletos que ahora copa las exposciones principales, más renombrables y conocidas. Probablemente hicieron este cambio por estar más cerca del «Paseo del arte» y porque es más fácil estar en el mapa de ese modo, además de que tener un edificio entero dedicado al tema da nivel (no obstante, la sala de AZKA está dentro de un centro comercial que no es precisamente para pobres, prueba de ello es que se revistas de moda han organizado más de una exposición en sus pasillos; no obstante, la salida de metro que da hacia él no está muy cuidada).

Así pues, la sala de AZKA ha quedado sobre todo para exposiciones de fotografía y se ha convertido en una gran desconocida, una pena, especialmente en el caso que vamos a describir, pues nos hallamos ante la que para muchos es una joya oculta en pleno centro de Madrid.

Además, hay otra pequeña sala justo al lado, que en realidad suele ser de publicidad de la fundación y el como se implica en distintos temas sociales o culturales (en este caso un concurso de fotografía).

En todo caso, las exposiciones que hay en este momento son:

   -Gotthard Schuh: No sé que tienen las fotos de Gotthard Shuh que son tremendamente estéticas (y también se puede decir lo mismo de muchos de los discípulos del artista que se muestran en la última sala), muy bellas, hasta tratando temas no agradables e incluso vulgares resultan maravillosas de contemplar. Su temática es además muy variada.

En definitiva, realmente merece la pena verla, es muy probablemente una de las mejores exposiciones de fotografía en Madrid en este momento.

   -Concurso de fotografía para estudiantes de la E.S.O.: patrocinado por Mapfre y con la temática de sus exposiciones de Recoletos (los alumnos fueron llevados de visita al lugar), varios jóvenes han participado en este concurso, ello es fácil de comprobar pues los únicos que se molestan en echarle una ojeada son los parientes, alumnos o personas relacionadas con los centros participantes en el concurso, cosa que se descubre sólo oyéndoles hablar, no obstante, y ya que se está ahí (obviamente sería un absurdo ir a propósito a ver esta exposición) merece mucho la pena detenerse unos momentos para ver algunos trabajos prometedores.

Hay por tanto, trabajos muy interesantes (aunque, curiosamente, casi ninguno de ellos ha sido premiado) y otros que tienen una evidente falta de talento.

La conclusión principal que uno saca es que ojalá los profesores animen y potencien las aptitudes de los talentosos y les ayuden a animarse a convertirse en grandes artistas, porque en algunos casos hay materia, ojalá este concurso no sea el final del interés por la fotografía y el arte para muchos.

-Sala de Recoletos:

   -Yves Saint Laurent: organizada por una fundación con muy buena reputación desde sus comienzos por la calidad de sus exposiciones (ya en las salas de Azka) y siempre de forma gratuíta, esta es la demostración ideal para aquellos que no crean que la moda es un arte y que no debe ser objeto de exposición… cuando la hayan visto, cambiarán de idea. Muy bien organizada, muy interesante, recorre toda la vida profesional de un modisto que ha convertido su nombre en una de las marcas más conocidas. Se puede disfrutar de muchos de sus vestidos y también se aporta una variada documentación sobre el proceso de la creación y detalles de su vida. Absolutamente recomendable, una de las mejores opciones de Madrid. Puede ser perfecta para combinar con la del Museo ABC.

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Caixaforum:

En primer lugar tengo que protestar porque ahora los correspondientes folletos de las exposiciones sólo se pueden coger en la planta baja, algo bastante incomodo (se te puede olvidar, puedes no recordarlo… y allí estás, en la planta 3 sin nada con que guiarte ni una impresión general de la exposición). En lo que respecta a las exposiciones, son:

-Teotihuacan, ciudad de los dioses: a pesar de que rara vez me entusiasman las exposiciones de esta fundación (además de que el edificio es bastante feucho por dentro, y eso tampoco ayuda), reconozco que esta exposición me ha entusiasmado y logra realmente acercar la cultura precolombina a la gente de una forma incluso amena (y eso que no me entusiasma la arqueología). Es maravilloso que la hallan organizado y que podamos tener acceso a una cultura tan fascinante como desconocida. Totalmente recomendable, además, como todo en esta fundación, es gratis.

-Eugene Delacroix: sólo he tenido una primera impresión, y no me ha entusiasmado, continuaremos informando. Post scriptum: la tan anunciada y esperada exposición de Delacroix no es para tanto, realmente no hay obras muy conocidas y por extraño y curioso que pueda resultar, los bocetos suelen ser mejores que las obras finales en muchos casos. Por otra parte, no está muy bien montada, lo que la hace bastante caótica y que el público no sepa muy bien por donde ir, de modo que se agolpan de un lado a otro pues no tienen una dirección clara hacia donde dirigirse. No obstante, sí que tiene cierto interés y se le debería echar una al menos una ojeada pues no habrá muchas más oportunidades de ver a Delacroix en Madrid. Finalmente decir, que la sección interactiva es una gran idea y que hará las delicias de los niños, pero los visitantes adultos también echamos de menos actividades y retos para nosotros.

Museo nacional del romanticismo:

-El romanticismo ruso en época de Pushkin: el escaso espacio (aunque hermoso) del que dispone este museo para exposiciones temporales hace que todas sean íntimas y… en ocasiones escasas. No muy bien explicada y poco ordenada, su interés es bastante escaso a pesar de su gratuídad. Perfecta para complementar con la de la Fundación Juan March por su temática y así ver la evolución del arte ruso.

Fundación Juan March:

-Aleksandr Deineka: esta fundación organiza exposiciones muy desiguales, pero merece la pena porque en algunas ocasiones sorprende su calidad o el interés de lo que traen. En lo que respecta a la de la crítica, es interesante para quienes quieran profundizar en la propaganda de la URSS Stalinista (lo siento mucho, pero no consiguen convencerme de que mucho de lo que se vea allí sea arte), pero con una mirada diferente e interesante. Bien montada y relativamente bien explicada. Se aprovecha mejor si se complementa con la del Museo del romanticismo.

Biblioteca histórica complutense

no es una institución muy conocida por sus exposiciones, sin embargo está bien situada (cerca del Conde Duque y del Museo ABC) con lo que podría ser un lugar interesante para ir de paso, aunque, por lo percibido hasta ahora, no a propósito

-Palabras, símbolos, emblemas: lamentablemente, como la mayoría de las exposiciones sobre libros, es bastante aburrida. El montaje es aceptable, y las explicaciones no parecen estar demasiado trabajadas ni formar parte de un todo, y a pesar de que a veces la exposición parece perderse en si misma dando la impresión de desorganización, llega a resultar excesivamente especializada, no parece estar adaptada para el gran público y da demasiados conocimientos por sabidos. Sólo apta para bibliofilos apasionados.

Sala Álcalá 31

-José Manuel Ballester. La abstracción en la realidad: la sala pública más rebelde y contemporánea de Madrid tiene una exposición… aburridísima, ni siquiera con visita guiada es interesante (y si vas sólo, la verás en poco menos de un par de minutos). A menos que seas arquitecto, no te será fácil disfrutar con unas fotografías que en mi opinión no son ni siquiera muy artísticas (salvo alguna excepción que confirma la regla). Sólo recomendable para fans de la arquitectura contemporánea.

Instituto Cervantes

Muy cerca del llamado «Paseo del arte», una de nuestras instituciones más representativas hacia el exterior rara vez tiene una exposición realmente buena o interesante (esperemos que en el extranjero nos represente mejor que en Madrid), tampoco suelen estar bien montadas y casi siempre parecen dar la sensación de caos o improvisación. Al final, lo mejor de su visita es el edificio donde se ubica que está perfectamente conservado: el Banco del Río de la plata y donde se puede atisbar perfectamente su pasado. Las exposiciones son siempre gratuítas y se permiten fotos. En este momento podemos encontrar:

-Grafika: si nuestros jovenes artistas españoles apenas pueden hacer otra cosa que repetir mil veces lo hecho y utilizar la más vulgar demagogia, apaga y vámonos. Apenas unas pocas obras valen la pena y en muchos casos lo único que puedes hacer es preguntarte «¿pero de verdad pretenden que considere que esto es arte?». Explicaciones nulas, montaje horroroso.

  -Ernesto Sabato: hay que ser un autentico apasionado del escritor para que te guste esta exposición (o no, podrían salir muy decepcionados); mal colocada al final de la anterior, no hace ni el más mínimo esfuerzo por que se conozca a esta personalidad y los que no sepan quien es saldrán tal cual han entrado.

Casa de la panadería:

-El Rey León, la exposición: el vestuario, algunas mascaras y unos videos inaudibles debido al permanente bullicio de la sala, dan una muestra de lo que puede ser este musical que parece combinar el universo Disney con lo más artístico (si es que alguna vez estuvieron separados). La respuesta a estas incognitas, estará en los escenarios. 

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Palacio de capitanía:

-Ferrer-Dalmau y la estela de Cusachs: un pintor decimonónico y otro que pinta como si lo fuera a pesar de ser de hoy; ambos excesivamente academicistas, pocas de las obras expuestas provocan una emoción o tienen verdadero interés. Sólo apta para el ejército o adeptos a este. Sin embargo, su visita es interesante para el público en general por el edificio dónde está ubicada y que no se suele abrir al público.

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Instituto italiano de Cultura de Madrid (Palacio de Abrantes):

-El esplendor del renacimiento: este lugar tan descuidado como desconocido, mostraba una bastante interesante exposición que reproducía vestidos antiguos y su técnica. Interesante aunque poco abundante.

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18 respuestas a La temporada 2011/2012 de exposiciones en otoño

  1. plared dijo:

    Un año ya, pues me alegro de que estes contento con el cambio. Yo la verdad es que apenas llevo 5 meses con esto del blog y tampoco es que me entere de mucho, vamos que de mi blog, aparte de escribir en el…poco se. Tendras que darme leciones algun dia. Saludos

  2. Umm, has puesto este comentario en otro artículo de temática diferente, ¿te confundiste o te interesaron los dos por igual?.
    Es verdad, tu tienes un blog muy joven (y como todo el mundo dice, recuerda, el secreto para perdurar es la constancia, y no otro; al principio siempre se empieza con mucho entusiasmo que hay que tratar de no perder nunca), ¡aún recuerdo el primer comentario que te hice!, y seguramente empezaste ya directamente con WordPress.
    Es cierto que al principio el Escritorio (el sitio desde dónde escribes las entradas y están todas las opciones), puede parecer un poco demasiado y ser lioso, pero piensa siempre que no hay prisa, y así, un día, decidete a explorar una opción que te interese en vez de escribir, y así continuamente. Lo importante no es tanto rellenar el blog con funciones de todo tipo sino que te sean útiles a ti y a quienes te leen… ¡y esa ha sido mi primera lección magistral! jajajajaja. No en serio, cuando quieras y necesites ayuda, no dudes en consultarme.

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  4. blanca dijo:

    Bueno, A, no tengo palabras. Y voy yo a una exposición de López a Bilbao y me creo la reina del mambo!!
    Eres crítico de arte? o es tu afición?
    No voy a menudo a Madrid, mi ciudad es más provinciana y verde (eso es indudable), pero te aseguro que cuando vaya te pido consejo antes.
    En mi blog personal Mi Kaos Blanca he hecho una tímida aproximación a una minicrítica de lo que ví, pero me da hasta vergüenza referenciarla aquí.
    Lo dicho, me dejas anonadada, que ya es!!!

  5. ¡Por supuesto me siento halagadísimo!, me encanta el arte y he estudiado y leído mucho sobre el tema, pero no se puede decir con exactitud que haya trabajado nunca en ello, y sobra decir que me encantará aconsejarte si vienes a Madrid (aunque toda la sección Turismo -que además incluye un montón de fotos hechas por mi- es un compendio de ello), y no olvides que si tienes que volver a consultar este artículo, crece continuamente según aparecen más exposiciones y se quitan las anteriores.
    Y por supuesto veré esa minicrítica que no te atreves a referenciar pero de la que estoy seguro que no tienes en absoluto porque avergonzarte.
    En fin, ¡que me alegro que te haya interesado!.

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