Walt Disney

La influencia de Disney (cuyo nombre completo era Walter Elias Disney) en la vida de cualquiera en general me parece evidente, aunque más de la compañía y de sus películas que de la persona, cierto es que el nombre del fundador ha quedado para la historia para siempre (él mismo reconocía que su nombre ya no era suyo), y que tal y como él siempre deseo, se ha convertido en una marca denotativa de algo… pero pocos conocen a la persona real, y es una pena, porque es alguien muy digno de admirar, una persona que de la nada construyó todo un imperio, que consiguió hacer todos sus sueños realidad y hacer soñar a los demás con él… ¿cuántos artistas han conseguido eso a semejante nivel?. Sí, si bien las películas de Disney ya son fascinantes de por sí, no lo es menos el hombre que las creo y toda una persona de referencia. Y es que Walt Disney fue el mejor de sus personajes y tuvo toda una vida de película Disney.

Y ahora, con la crítica de su primera película publicada, como culminación de las «Blancanieves» cinematográficas que nos han asaltado a lo largo de este año, y después de haberle mencionado alguna que otra vez en este blog, además del estreno de la un tanto fallida versión e interpretación operística de su vida que aún permanece en cártel y que pronto se estrenará también en el extranjero… aunque Walt Disney siempre esté de actualidad (y la verdad, esto es algo que hacía mucho que quería publicar, pero ya se sabe como son estas cosas…), ahora este artículo es especialmente oportuno.

Introducción biográfica

Walt nació el 5 de diciembre del año 1901, en Chicago, Estados  Unidos, aunque una importante parte de su infancia la pasó en una granja, cercana a Marceline, Missouri. En el año 1909, cuando su padre enfermó, la familia  debió trasladarse a Kansas City.

Una vez en Kansas, Walt, comenzó a ayudar a la alicaída economía familiar,  repartiendo periódicos, actividad que acompañaba sus estudios. Ya para esta  época era un hecho su inclinación hacia los dibujos y las historietas. Sus  primeras historias dibujadas aparecerían en el periódico del instituto.

En el año 1918 se alistó en el ejército,  aunque, cuando terminó su formación la guerra ya había concluido con lo cual quedó relegado al transporte de oficiales.

Finalizado esto, Walt regresó a su interés, se restableció en  Kansas y comenzó a trabajar de publicista en Pesemen-Rubin Art  Studio. Allí conoce a Ubbe Iwerks, un dibujante que  comparte su misma pasión y con él fundará la efímera empresa Iwerks-Disney Commercial Artists. Luego de la fracasada  experiencia los verá a reunir la empresa Kansas City Film Ad y  aquí es donde Disney se pondrá en contacto por primera vez con las primeras  técnicas de animación que lo fascinarán.

En el año 1922, con bastante experiencia acuñada, se lanzó a la aventura con  una nueva empresa Laugh-O-Gram Films, a través de la cual  publicó exitosos cortos de cuentos. Pero otra vez los escasos réditos económicos lo desanimarían, así es que decidió marchar a Hollywood para  convertirse en director… Aunque, en el camino, una distribuidora se interesaría  en su producción «Alice’s Wonderland» y la suerte volvería a  cambiar pero a favor, y se le encargaron nuevos títulos que mezclasen animación con realidad.

Para encarar el trabajo surge la Disney Brothers’ Studio,  proyecto que lo incluye a su hermano y más tarde al dibujante Ubbe Iwerks. Juntos producen  nueve «Alice Comedies» y la serie «Oswald, el conejo  afortunado».

Una disputa con la productora Universal por los derechos  sobre Oswald demanda la creación de un personaje que se convierta en una super  estrella y allí apareció el ratón Mickey, emblema de la Disney,  ayer, hoy y siempre…Cortos, comics y animaciones musicales convirtieron a Mickey  en un éxito.

En el año 1934 se produciría la antesala del gran despegue de la empresa con  el proyecto de la realización de un largometraje. Si bien el proyecto dejó sin  un peso a la empresa que debió pedir un préstamos para terminar el proyecto de «Blancanieves y los siete enanitos», en el año 1937, cuando se  estrenó, logró recaudar 8 millones de dólares, un éxito…

Gracias al éxito, Disney, pudo llevar a cabo la construcción de un estudio en Burbank y continuar produciendo cortos y  largometrajes con nuevos personajes: «Pinocho», «Dumbo», «Bambi» y «Fantasía», entre otros.

A comienzos de la década de los cuarenta, la empresa debe sortear un muy mal  momento con una huelga, sin embargo, nada la detendría y en la siguiente década  se reencauzaría con más títulos: «La dama y el vagabundo», «Peter Pan», «La  cenicienta», entre otros, y con la fundación del parque de  entretenimiento más grande y fascinante del mundo:  Disneylandia.

En el año 1966, le diagnostican cáncer de pulmón y a los seis meses fallece  dejando en funcionamiento y con un éxito tremendo el mega imperio del  entretenimiento del que fue el impulsor absoluto.

Es uno de mis Grandes personajes porque…

Como todos, mi admiración por el artista surgió a través de su obra, con su deslumbrante nombre brillando siempre en letras doradas en la pantalla, un nombre que evocaba magia, sueños y los mejores sentimientos… se ha criticado mucho a Disney su ñoñez, su excesivo endulzamiento… pero ojalá la vida fuera como en las películas de Disney, la verdad sea dicha, si todo el mundo fuera tan noble moralmente como en ellas, mejor nos iría.

Y por eso, por supuesto, siempre te intriga el hombre que hay detrás… y la verdad no decepciona en absoluto, cierto que Disney tiene su leyenda negra, pero ¿quién no en Hollywood?, e incluso, ¿qué persona que haya triunfado no la tiene?, desde luego hay muchísimas mentiras creadas por el fruto de la envidia de un éxito tan singular, y por supuesto otras tantas exageraciones, porque no nos engañemos, los mitos humanos, no dejan de ser humanos, y como tales, tienen defectos, no existe absolutamente nadie perfecto en este mundo (es más, cualquiera que repase la biografía de cualquier santo, descubrirá que estos también estaban lejos de ser idílicos).

Comienza el cuento…

Presentación del protagonista de bajos orígenes

Para empezar, hay que desmentir el mito de que Disney fuera español (ya nos gustaría), en realidad era hijo de una familia de emigrantes irlandeses bastante pobre (el origen de su apellido era en realidad D’ Isney, un pueblo del otro lado del Atlántico), por eso resulta sorprendente y maravilloso, el como alguien en tan baja posición, consiguió llegar a lo más alto, toda una referencia en eso del selfmademan americano, el hombre hecho a sí mismo que con esfuerzo consigue llegar a lo más alto y hacerse rico, en definitiva, el sueño americano (quizás el hecho de encarnar a este tipo de estadounidense es lo que también hace que muchos quieran criticarle, pues en cierto modo para ciertas personas puede representar el ejemplo perfecto del triunfo de un sistema político -ya se sabe que hay gente para todo-).

Pero como ya digo, la vida de Walter Elías Disney no fue sencilla, otro hermano más dentro de una familia bastante numerosa, con un padre especialmente autoritario y estricto (e incluso  maltratador; muchos de los hijos salieron huyendo, y luego, a modo de broma cruel, enviaban a sus hermanos la ropa vieja llena de cajas de tabaco dentro y otras cosas por el estilo para que su padre los considerara unos depravados), tuvo una infancia bastante Dickensiana en la que se movió por varias ciudades.

Hitos de esta época fueron sin duda la famosa granja de Marceline dónde se dice que fue donde Walt aprendió a amar a la naturaleza, y sobre todo, dónde pasaba el tren, que acabaría siendo algo muy de su gusto, como se vio más tarde en varias de sus películas y en sus parques, y una aficción que años más tarde le ayudaría a liberarse del estrés. Entre otros trabajos, también repartió periódicos, y recordaba, como muy temprano por la mañana, a veces se paraba a jugar con los juguetes que quedaban abandonados en las casas ricas con jardín, como un tiempo robado a su triste existencia.

La verdad sea dicha, Walt Disney no tuvo una gran educación, y aunque, si analizamos toda su vida, no se le podría definir como una persona culta, lo cierto es que a lo largo de su existencia si se interesaría por la pedagogía y por la educación en muchos aspectos, por lograr transmitir algo… tal vez no había tenido los medios para estudiar, pero lo cierto es que su curiosidad era infatigable, su interés por todo permanente, y aunque como ya digo, realmente no se podría decir que fuera una persona con grandes estudios, sí que lo valoraba (una prueba de ello es que mandaría a sus dibujantes a las escuelas de arte para asegurarse de que mejoraban y se preocupó por su formación a cuenta del estudio).

El dibujo le llamó la atención desde el principio y enviaría distintos dibujos durante la primera guerra mundial (de la que sólo cogió el final, aunque se dice que esa estancia en Francia viendo los castillos del Loira acabaría convirtiéndose en su inspiración) a revistas, algún que otro publicado, pero no gran cosa.

Las primeras dificultades

De vuelta a EEUU, lo cierto es que los comienzos no fueron nada fáciles, pero Disney siempre destacaba por su espíritu emprendedor (otra de las cosas más admirables de él), siempre tenía una idea nueva, siempre creía que había un modo de mejorar las cosas, siempre se le estaba ocurriendo otra forma de hacer algo…. El encuentro con Ub Iwerks en eses años, que más tarde sería una parte muy importante de la compañía sería clave para ambos.

En cualquier caso, los primeros años en una agencia de publicidad le ayudarían a saber como funcionaba el sistema de la animación, pues él según descubría algo nuevo lo estudiaba infatigablemente hasta saber exactamente como funcionaba y saber hacerlo.

Antes de nada, hay que decir que es muy curioso el que la mayoría de la gente crea que fue Walt Disney el que inventó los dibujos animados (es más, su hija Diane, en una biografía sobre él lo desmentía), cosa que no fue así, pero no hay duda de que sí los elevó a un nuevo nivel que nunca hubieran conocido sin él.

En cualquier caso, por aquella época, los dibujos animados sólo eran un entretenimiento, un divertimento previo a otras cosas, algo sin la mayor importancia ni arte; ese tipo de cortos serían los que harían con su compañía recien fundada, la Laugh-O-Gram films.

Lo cierto es que todo aquello tampoco fue fácil, problemas económicos constantes, Disney llegó a vivir en su propio estudio mal vestido y comiendo continuamente habas, cuando su hija le preguntó si esa época había sido terrible él respondió: «no te creas, me encantan las habas»; demostrando una vez más ese optimismo inquebrantable, esas ganas de salir adelante y ese deseo de tener una idea y no dejarse rendir fácilmente pase lo que pase, y es que ese espíritu emprendendor de luchador de Disney es algo muy digno de admirar.

También dependió de un restaurante que le fiaba la comida, con el tiempo, el propietario de este restaurante acabó pidiendole dinero y Walt consintió y le dio dinero durante bastante tiempo hasta que este empezó a abusar; una prueba más de la bondad natural y de la generosidad de Disney, y desde luego de su fuerza moral que no sólo está en sus películas sino que también formaba parte de su persona.

En cualquier caso, en una ocasión le ofrecieron también un trabajo y decidió dejarle la compañía a su compañero (en uno de sus muchos actos nobles) aunque este terminó por hundirla por no tener el carisma de su predecesor (aunque Iwerks tenía otras muchas cualidades).

Comienza la aventura

Finalmente, Walt decide ir a probar suerte a Hollywood, quería ser director… y ese sería uno de los pocos sueños que no se le cumplirían, pero para bien. Con parte de su familia allí (Roy, el hermano que más influiría en su vida estaba); a pesar de que no quería volver a los dibujos animados pues prefería intentarlo por otro camino, finalmente se daría cuenta de que eso es lo que sabía hacer; pronto iban a nacer los pequeños, diminutos estudios Disney, el germen de la poderosa major, de la gran compañía Disney que existe hoy día.

Uno de los cortos que más éxito había tenido y en el que mezclaba animación y personas reales (que tan populares se volverían con el tiempo en otras películas suyas) eran los de «Alicia en el país de las maravillas» que servirían como carta de presentación y que comenzarían el interés por él. Pero los problemas pronto llegarían, las permanentes exigencias de la familia de la niña acabaron por terminar con la serie.

En compensación, en lo personal, ambos hermanos encontrarían a las mujeres de su vida en su trabajo (dónde sino, con el tiempo Disney demostraría ser un auténtico adicto al trabajo, lo que le traería verdaderos problemas de salud), Walt encontraría precisamente a Lillian que era la dama de honor de la novia de su hermano.

Sin embargo, los estudios no dejaban de crecer, así que decidieron inventar un personaje que podría haber sido inmortal Oswald el conejo… pero nunca lo sería, lo cierto es que tras unos cortos, este conejo por un contrato fue robado y se les prohibió volver a utilizarlo. Una vez más, Disney sufría otra traición empresarial y descubría como el pez grande se come al pequeño, desesperado, en el viaje del tren de vuelta, dibujó a un nuevo personaje: Mickey Mouse (que originalmente se iba a llamar Mortimer) aunque no falta quien diga que todo el proceso se hizo a la vuelta, ya en California y que los primeros dibujos salieron de Iwerks. En cualquier caso, la esencia del personaje animado más famoso de todos los tiempos era totalmente de Disney, seguía totalmente su estilo en las formas redondeadas y agradables y lo que es más importante, la voz y el carácter eran las del propio Walt Disney (con el tiempo dejaría de doblar al personaje, por el crecimiento de la empresa, pero también porque el fumar tanto le hacía muy difícil poner la voz en falsete pues se le había hecho bastante ronca; de hecho, todo ese tabaco acabaría por tener mucho que ver en que muriera tan joven).

Parece este el momento perfecto para reflexionar acerca de Disney como artista, hoy, se suele considerar que en un artista es más importante la idea que lo que haga con sus manos, ello tiene lógica, ya que la técnica la puede tener casi cualquiera, pero la capacidad para ser original y hacer algo nuevo, eso es algo mucho más escaso. Y Disney tenía las grandes ideas y lo que es más importante y más asombroso, las capacidades y el entusiasmo para llevarlas a cabo, el no rendirse nunca, el siempre dejarse llevar por lo nuevo, por lo innovador, por el vamos a conseguir algo mejor cueste lo que cueste es lo que lo convierten en algo tan excepcional; y es que todos los que trabajaron con él reconocen su carisma y su capacidad para inspirar a todo el mundo, y la realidad, es que la animación como la conocemos no existiría sin él, incluso todos sus detractores, los que más quieren librarse de su inflencia en la animación, deben al final reconocer su importancia, porque al fin y al cabo, es Disney.

Y desde luego, no tuvo poco que ver en su futuro triunfo su personalidad arrolladora y carismática, todos los que estuvieron con él lo destacaron como una gran inspiración, él tenía las ideas y además era un gran actor, podía escenificar una película completa y siempre sabía exactamente lo que quería además de lograr que todo el mundo diera lo mejor de sí para conseguir un gran producto final.

Los primeros triunfos

De todos modos, Walt, harto de tantas traiciones y malos tragos como había atravesado a lo largo de toda su vida (y que acabarían repercutiendo en su forma de ver la vida en el futuro pues siempre detestaría la deslealtad), de someterse a las decisiones de tantas otras personas que no siempre comprendían lo que él hacía… decidió centralizarlo todo lo más posible y evitar intermediarios, en definitiva, ser totalmente independientes de otros estudios… no sabían hasta que punto lo conseguirían.

La aparición del cine sonoro también ayudaría mucho a los estudios Disney, y sus nuevos cortos, las «Silly simphony» serían muy copiados con el tiempo. En ellos empezarían a aparecer los grandes personajes que se convertirían en las estrellas Disney: Mickey, Minnie, Donald (todos ellos en cortos en los que se puede apreciar su evolución y la de la sociedad a lo largo del tiempo según van pasando los años). El origen de todo sería «Steamboat Willie».

Estos cortos también son importantes porque sirvieron como útil experimento para el futuro, pues en la mayoría de ellos Disney experimentaba nuevas técnicas, cosas nuevas para hacerlos más espectaculares, más realistas, más emocionantes… fruto de ese esfuerzo fueron los montones de premios Oscar que le fueron llegando consecutivamente, año tras año, uno tras otro; lo que con el tiempo la convertiría en la compañía con más Oscars de todas.

En cualquier caso todo ello sólo demuestra el afán de Disney por una permanente mejora, un deseo tremendo de conseguir algo mejor y una mayor calidad, un sentimiento verdaderamente artístico por enseñar al público lo mejor de lo mejor, él ciertamente era una persona perfeccionista a la que no le importaba invertir lo que fuera si con ello conseguía un buen resultado… y vaya si lo hacía. Por ello, al ser una persona tan soñadora, tan en las nubes, necesitaba un contrario, alguien más equilibrado y con los pies en la tierra… su hermano Roy demostraría ser el complemento perfecto para él, cuando Walt soñaba y soñaba, gastaba y gastaba intentando conseguir algo, Roy siempre estaba ahí para recordarle la situación de la empresa y a qué se podían arriesgar y a que no y para pararle justificada y necesariamente los pies. Lo cierto es que la relación de ambos hermanos es una de las grandes bases de la compañía Disney, porque si bien Walt tenía las ideas y el genio, Roy sabía utilizar como utilizar las herramientas para hacerlas realidad, quién sabe si sin él los estudios Disney no se hubieran hundido como tantas veces le había sucedido en el pasado.

Su empresa sobrevivió incluso a la terrible crisis del 29, y fue precisamente en esa época cuando se establecería algo que la compañía acabaría dominando a la perfección: el merchadising; así, las imágenes de los productos Disney empezarían apareciendo en varios productos y su promoción aumentaría. Curiosamente, aunque sólo era algo para conseguir un dinero extra, Walt acabaría preocupándose también por esto y por si los productos de los que sólo recibían un pequeño porcentaje de las ventas tenían la calidad suficiente… Disney siempre sería extremadamente perfeccionista y siempre querría que el nombre Disney fuese asociado a una calidad y a una forma de hacer las cosas.

El heróe da la vuelta a la situación

El proceso de perfeccionamiento y de mejora de los cortos acabó plasmándose en «Blancanieves y los siete enanitos», película que sería un antes y un después en la historia del cine y en la historia con mayúsculas (pero sobre eso ya se ha hablado en este otro artículo). Y como Walt diría más tarde «yo no hago películas para niños, ¡de ser así perdería a una muy buena parte de mi público!» (sobre este tema recomiendo la lectura de este artículo). La locura de Disney estuvo a punto de arruinar a los estudios, pero como toda gran locura, acabaría inmortalizándolos.

También hay que destacar que por esa época el pato Donald se volvería más y más popular, más que el propio Mickey, quizás porque daba más de sí, Mickey era demasiado bueno y adorable, sin embargo, Donald era más cercano a una persona de la calle pues estaba menos idealizado… ello lo convertiría en todo un emblema, aunque Walt, para salvar a su personaje favorito (como el dijo «todo empezó con un ratón») acabaría convirtiéndolo en el emblema de la compañía, y aún hoy, tanto el ratón como sus orejas siguen siendo reconocibles en todo el mundo.

La lucha contra los monstruos

Con la segunda guerra mundial, todos los estudios se ven en la necesidad de apoyar a EEUU, y Disney no es menos, a pesar de la fuga permanente de sus dibujantes, se dedica a prestar de forma gratuíta sus personajes al estado (muy especialmente el pato Donald, el más prestigioso) y a hacer cortos para este que nunca recuperan el dinero invertido… al final de la guerra los estudios están al borde de la ruina. Esto descataloga parte de la leyenda negra de Disney que asegura que este era un nazi, nada más lejos de la realidad, es más cierto corto del pato Donald en contra de este regimen lo deja aún más claro.

Por otra parte, nadie consideraba que las siguientes películas de Disney hubieran conseguido superar a «Blancanieves» (y estamos hablando de «Pinocho», «Bambi» o «Fantasía») el cual empezaba a odiar a su primera obra.

Y a la cada vez peor situación económica del estudio no ayudó la huelga de 1941 que ayudó a establecer parte de la otra leyenda negra de Disney como un negrero autoritario y ególatra. Ciertamente Disney no quería que en los cortos saliese otro nombre que el suyo (para evitar a la innecesaria duración y porque también le gustaba la idea de marca, que no se atisbase un autor, lo cual por otra parte era muy propio de todos los estudios de la época) pero ya en los largometrajes eso ya había cambiado.

Por otra parte Walt se sintió muy traicionado en las huelgas de 1941, siempre había concebido sus estudios como una gran familia, en ellos no se trabajaba como en otros sitios, se hacía vida en común, en la sala de guiones había caramelos que eran «el alimento de la imaginación»… etc; así que todo aquello le cogió desprevenido, no entendía aquellas rebeliones, que se quemasen muñecos de Mickey y cosas así, y mucho más cuando se trataba de algunos de sus animadores que más tiempo habían estado con él, algunos casi desde el principio, el caso más notorio fue el de Art Babbitt que le increpó con un megáfono y con el que estuvo a punto de llegar a las manos. Desde ese momento, Walt cada vez más convertido en un próspero empresario que quería mantener el reino de fantasía que había creado sufriendo unas normas de capitalismo brutal, le tuvo verdadero pánico a toda aquella situación y trató de evitar esos problemas, como muchos estadounidenses de la época, se dejó llevar por el pánico de la guerra fría y al comunismo. ¿Intolerante? es sin duda parte de su leyenda negra, pero yo creo que hay que comprenderle, cuando has creado toda una empresa, que no es sólo tu medio de vida sino algo que te apasiona, que es tu vida y que quieres mantener, y además lo has hecho a pesar del sistema, si viene alguien que pretende desbaratarlo todo, difícilmente podrás aceptarlo, no creo que se le pueda recriminar nada de esto a Walt; es más, no se debe olvidar que no guardó rencor a los huelguistas, algunos de ellos siguieron en el estudio y llegaron a ocupar altos cargos de la compañía, lo cual es una vez más muestra de su buena voluntad.

El protagonista aparentemente derrotado

Por otra parte, todos estos problemas y hacer las películas acabarían derivando en crisis nerviosas, que finalmente los médicos acabarían aconsejándole parar, pero el simplemente no podía. Así que el gobierno acabaría pidiéndole que hiciera un viaje de buena voluntad a otros países americanos, lo que su familia vería como ideal para alejarle de las tensiones del estudio. Pero Walt seguiría sin poder parar quieto, y crearía las películas de buenos vecinos, basadas en la documentación recogida en estos viajes. Con el tiempo, acabaría despejando su mente reparando un tren que daba vueltas alrededor de su casa y encargándose de su cuidado, y también con una banda de música (que tuvo que dejar de tocar debido a que su éxito empezó a tenerles que hacer elegir entre la compañía o la música).

Pero la mala situación económica del estudio acabaría por obligar a hacer las que el calificaría de las «películas de paquete» de las que nunca se sintió satisfecho, que eran en realidad una serie de largometrajes compuestas por una serie de cortometrajes apenas hilvanados.

Y en el último momento resurge

Por fin, el estudio empezaba a recuperarse, y fue entonces cuando ya fue posible hacer películas como «Peter Pan», «La Cenicienta» o «Alicia en el país de las maravillas», de las que sólo la segunda constituyó un gran éxito, por raro que nos pueda parecer hoy día, y es que la verdad, la vida de Disney, a pesar de haber conseguido hacer realidad la mayoría de sus sueños, como los propios personajes de sus películas, por el medio estuvo llena de sinsabores.

El estudio pronto se metió también en el cine de acción real, en el que muchas veces sin embargo entraba la animación, muchas de estas películas fueron rodadas en Inglaterra en una filial del estudio. No sería la única ampliación de la compañía, que cada vez empezaba a asimilarse más a una major y empezaba a acumular todos los procesos que hacen falta para dominar desde el inicio de una película hasta su exhibición, había nacido la famosa distribuidora «Buena vista».

Y vivieron felices…

Pero pronto Walt ya no se quería conformar sólo con las películas, siempre lleno de ideas, siempre pensando en algo nuevo, al contrario que otros estudios no vio a la televisión como un enemigo sino como un potencial aliado, y rápidamente se aprovechó de ella para aumentar su promoción, su imagen en su programa «Disneyland» lo haría aún más famoso y convertiría sus películas y los adelantos de estas en una gran expectativa de que sería lo próximo que harían sus estudios… el programa que el presentaba se convertiría en todo un éxito (como casi todo lo que el tocaba) y una vez más, Walt demostraba ser el mejor relaciones públicas posible.

Y además la creación del parque temático «Disneyland» que si bien no es el primer parque de atracciones, quizás sí lo es el primero temático, ampliaría el mundo de Disney y lo traería a la realidad, en él buscaba que su mundo se hiciera realidad para todos y como no, la perfección en todos sus aspectos, por ello, todo lo que fallaba en California fue más tarde arreglado a la perfección en Orlando dónde absolutamente todos y cada uno de los detalles fueron intensamente cuidados para lograr un mundo perfecto, es decir, un mundo Disney.

Formar parte de la Feria de Nueva York fue otro de sus grandes hitos.

Todo este crecimiento les dio estabilidad económica por primera vez en treinta años, y parecía consolidarles definitivamente; en todo caso, con tanto que hacer por todos los lados, a Walt no le quedó más remedio que delegar muchas funciones y empezó a verlo todo más por encima, hay quien dice que «La Bella durmiente» sufre algo de eso.

En todo caso, Disney seguía caracterizándose por la innovación continua en todos los terrenos y por el gusto por crear continuamente, en todo ello ayudaron mucho Ub Iwerks, que continúo siempre con él y que inventó muchos de los medios técnicos para Walt y los famosos nueve viejos, los animadores que más tiempo habían pasado con él y los más leales que se convirtieron en los supervisores de muchas de sus películas cuando él ya no podía estar en todo.

En cuanto a él como persona, debía de ser alguien realmente agradable, simpático y carismático aunque claramente exigente y con autoridad; todo el mundo guardaba un buen recuerdo de él y reconocía su capadidad para inspirar; y mantuvo la amistad con la mayoría de las personas que trabajaron con él, incluso cuando lo dejaron (el caso de Salvador Dalí es uno de ellos).

Cada vez más agotado, hospitalizado bastantes veces, y a pesar de todo permanentemente al pie del cañón con su hermano informándole continuamente de como iba todo (aunque se dice que él ya valoraba focalizarse en unos pocos proyectos), se fue debilitando cada vez más hasta finalmente morir poco después de su 65 cumpleaños. Contrariamente a la leyenda negra que habla de él como un megalómano, lo cierto es que pidió un funeral privado, y por supuesto nada de criogenización, fue incinerado y sus cenizas enterradas.

Su muerte fue muy sentida por todos los que le conocieron y los que no, recibiendo todo tipo de honores; al fin y al cabo, el era el alma de los Walt Disney studios que habían nacido como una simple empresa familiar y que difícilmente se podía imaginar que llegaran a ser en lo que se convirtieron (y ni él mismo podría imaginar que su empresa continuaría con la misma racha hasta ser centenaria).

… por siempre jamás.

Una vez muerto, al ser una empresa familiar, esta estuvo dando tumbos entre los familiares y unos animadores que tenían el pánico de salirse de cualquier cosa que no hubiese aprobado Walt o que se saliese de su legado… y lo cierto es que tardaría unas décadas en recuperarse y volver a ser lo que había sido, al fin y al cabo, y todo el mundo lo sabía, sólo ha habido un Walt Disney.

Sin embargo sería en los 90 cuando de nuevo la compañía se recuperaría con grandes películas que recuperarían el prestigio un tanto perdido y que volverían a ganar grandes premios y a seguir la estela de innovación permanente que tanto le gustaba a Walt (como «La sirenita», «La Bella y la Bestia», «Aladín»…), especialmente en la etapa de Michael Eisner. Ahora, con John Lasseter al mando, la animación de Disney también vuelve a vivir otra época de esplendor… pero lo cierto es que aunque todos estos nuevos creativos han conseguido grandes películas que serán de referencia en la compañía… lo cierto es que nunca volverá a haber otro Walt Disney.

Creo que todo esto que se ha escrito antes, evoca quien fue, y porque es admirable, Walt Disney fue una persona luchadora, con fuertes principios, con una manera de ver la vida e idealista, perfeccionista y sin miedo a hacer realidad sus sueños a pesar de todos los fracasos y tremendas decepciones (y ya se ha visto que las hubo y muchas) él nunca se rendía, «sigue siempre hacia adelante», como el mismo decía; y ese espíritu emprendedor me parece algo realmente a admirar, su constancia, su capacidad para creer en si mismo y en todo lo que cree a pesar de todas las dificultades y problemas que te trae la vida… sus sueños no siempre eran realistas, y sin embargo los hizo realidad, fue de lo más bajo a lo más alto, tenía las ideas, la imaginación y la capacidad para hacerlas realidad que tan pocos tenemos o nos atrevemos a tener… quizás, bien visto, él fácilmente podía ser uno de los personajes de sus películas, que a pesar de las dificultades consigue un final feliz, en este caso la inmortalidad, porque su legado sigue vivo y muy probablemente lo seguirá siempre.

Y es que creo que se ha demostrado que él fue el mejor de sus personajes, y que vivió una vida propia de sus películas, pues si bien los protagonistas de estos pasan por todo tipo de tribulaciones, al final, el premio a su esfuerzo y sus ilusiones siempre llega… y en un mundo dónde todo es perecedero y el «para siempre» es tan difícil de afirmar, ¿y qué mayor recompensa se puede esperar que la inmortalidad?.

Por eso, todas esas grandes capacidades y cualidades lo convierten en alguien realmente digno a admirar, en una persona que es todo un referente a seguir, es decir, en uno de mis Grandes personajes.

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19 respuestas a Walt Disney

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  5. plared dijo:

    Completo repaso a la vida de quien sin duda fue un hacedor de sueños infantiles. Aunque también es verdad que tiene una leyenda negra también muy extensa. Ficción o realidad a saber, de cualquier forma me ha gustado como tratas al personaje. Buena entrada

  6. Citando al propio Walt «yo no hago películas para niños, si lo hiciera perdería a una buena parte de mi público», aunque a saber porque se ha tendido a encasillar a Disney en eso, hace tiempo publiqué un artículo relacionado con el tema (https://universodea.wordpress.com/2011/02/01/lo-infantil-en-el-arte-pero-¿eso-existe/).
    Y en cuanto a la leyenda negra, ni existen los santos absolutos ni se puede triunfar sin despertar la maledicencia de la gente, algo que muchas veces hemos hablado en relación con este país.
    Por otra parte, como todos los hechos son interpretables y las personas son contradictorias, ¿cómo saber que es realidad o ficción? (sí, hoy estoy filósofo).
    En cualquier caso me alegra que te haya gustado, porque trabajo me ha dado.

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