Críticas express: Alceste / La casa de Bernarda Alba

Mucho me temo, que se puede decir lo mismo de ambas obras objeto de la crítica express, y es que ambas cogen obras maestras y pretenden reinterpretarlas de modo absolutamente fallido: la puesta en escena es el gran problema, no la obra en si misma; la puesta en escena las estropea, destruye su esencia, nos saca de la obra y nos obliga a imaginar que no vemos lo que estamos viendo para poder disfrutar de la obra original, ¿se puede imaginar algo más triste y patético?, ¿puede haber algo más contrario a la idea de un montaje teatral que el texto sea lo principal y no una parte de un todo?… como ya digo, las desatrosas direcciones de escena de ambas obras, han provocado que prefiramos olvidarlas, no ya una vez que ha terminado la función, sino durante esta, pues es la única forma de disfrutarla, ya que la puesta en escena se ha convertido en una molestia, un insufrible inconveniente.

Como ya digo, el problema es de ambas obras por igual, pero ahora paso a comentar cada una por separado.

Antes de comenzar la crítica, decir que la nueva temporada 2014-2015 ha sido presentada… y no sé muy bien qué decir de lo que nos espera, aunque sí hay algo seguro, si temiamos aburrirnos o el fin de los escándalos debido a la salida de Mortier del Real, está claro que con Matabosch tampoco va a haber lugar para el tedio, parece que después del todo, monsieur Mortier ha encontrado la horma de su zapato, y que después del todo, sí hay un español que esté capacitado para sacar adelante su proyecto (para bien o para mal)… ya me extrañaba a mi que acabara todo el tema tan pacíficamente y que él aceptara con tanta facilidad eso de ser «asesor artístico»….

Y es que en el nuevo número de la Revista del Real, además de un extenso artículo de Mortier (esa parece ser su nueva y principal función), el señor Matabosch presenta la nueva temporada también. En ella nos encontramos de todo, y mucho me temo que muy poco que vaya a volver a atraer a las grandes masas al Real que tanta falta le hacen; pero por supuesto, sonoras extravagancias, como Carmen Maura en una ópera (¡sí, Carmen Maura!), dos estrenos y bastante ópera del siglo XX. Quedan cosas interesantes, como la vuelta de otra reposición de Sagi (realmente tienen que estar desesperados, no veo más terrible forma de reconocer un fracaso) y algunas óperas del XIX bastante conocidas y de grandes compositores… pero sin duda, aquella ópera en la que va a ser imposible entrar va a ser cierto programa doble («Goyescas y Gianni Schicchi») en el que se combina, no sólo a Plácido Domingo, sino a Woody Allen como director de escena… por separado ya tienen tirón, juntos va a ser, no un maremagnum, sino el maremagnum… si los distribuyesen, cuanto mejor sería para la gestión del teatro, pero en fin.

Y además de ello, un intento de actividades paralelas que ya el teatro de la zarzuela ha intentado con la Real academia de bellas artes de san Fernando con más bien poca fortuna.

Por otro lado, ya conocemos la noticia de que se recupera la figura del director musical, pero no será Pedro Haffner como tanto hubiera deseado Wert, y que tanto escándalo causó a principio de la temporada, ni tampoco la posición de Mortier de que «las orquestas trabajan mejor con amante» será la ganadora: Ivor Bolton, ocupará este puesto; algo que no deja de ser muy sorprendente, cuando tanta (y tan justificada, teniendo en cuenta los tiempos) insistencia hubo en que el nuevo director artístico del teatro fuera español. Ya veremos lo que nos espera, pero tampoco parece que vaya a dirigir muchas óperas de la próxima temporada, y tampoco se ha deshecho precisamente en halagos hacia el Real y su orquesta… parece que volvemos a tener extranjeros con humos, aunque ya veremos.

Por cierto, decir que el programa de mano de esta ópera dejó bastante que desear, se está volviendo una absurda constumbre eso de los artículos que tienen más bien poco que ver con la ópera y que como relleno están bien, pero como corpus principal… por favor.

Eso sin mencionar la cada vez más evidente inutilidad de los acomodadores, además de su incompetencia y más bien poca cortesía.

-Alceste: Esta ha sido la primera vez que he abucheado en un teatro, nunca lo había hecho, pero reconozco que deseaba que saliera el director de escena para hacerlo, milagrosamente (por no ser estreno resultó extraordinario), este, Krzysztof Warlikowski salió, y los aplausos que habían acariciado al resto del elenco, se transformaron en un gran abucheo unánime que se extendió por todo el teatro, y yo, reconozco que me uní a ellos.

Nunca lo había hecho, creo en el respeto y en que una cosa es no aplaudir (o hacerlo con desgana) y otra abuchear, pero sinceramente, sentía que lo merecía; o lo sentí así hasta que vi su cara de pena, lo cual levantó mi compasión, al fin y al cabo, era una visión artística incomprendida.

Pero es que ese es el problema, no es suficiente con tener una idea artística, una visión que sólo veas tú, es muy necesario que sepas transmitirla a los demás y que estos puedan verla; por hacer una analogía, de nada sirve un profesor que sepa muchísimo si es incapaz de transmitir sus conocimientos.

En cualquier caso, ya había oído hablar que iban a hacer algo relacionado con Diana de Gales, y aunque no es un personaje muy de mi simpatía, me parecía muy interesante para una ópera y que podía salir bien.

El comienzo con una entrevista (en la que la cantante Angela Denoke demuestra además de buena cantante también ser una gran actriz) empieza bien, parece que se atisba una interesante reflexión sobre la institución de la monarquía y que nos espera algo bueno, pues parece que el tema puede funcionar… vano espejismo.

En poco tiempo, todo el montaje hace aguas por todos los lados y la dirección de escena se pega directamente con el libreto e incluso con la música, bueno se pega, más bien hay una batalla campal, una guerra sangrienta en la que los civiles (el público) es masacrado de la manera más brutal (¡para más inri incluso cambia el final feliz a su gusto!, ¡el colmo de los colmos!).

Afortunadamente la ópera y los cantantes son buenos, y si se cierra los ojos, o se imagina otra escenografía obviando totalmente la que hay (algo muy duro de hacer después de haber pagado), resulta una buena ópera y agradable, una pena que la hayan estropeado de esa manera.

En lo que respecta al director de orquesta, Bolton, sabiendo como sabemos que será el nuevo director musical, todos los ojos estaban puestos en él, y personalmente, yo sólo lo he visto aceptable, nada del otro mundo ni que me sorprendiera especialmente, aunque mucho me temo que, quiera o no, probablemente tendré la oportunidad de cambiar de opinión.

En definitiva, no extraña que una vez más, en el Real sobre las butacas libres por doquier, seguro que muchos ya estaban avisados; y es que, a pesar de la calidad de la ópera, hay cosas muy difíciles de resistir.

Imagen: 'La casa de Bernarda Alba' en el Teatro Español de Madrid

-La casa de Bernarda Alba: la obra de Lorca es una indiscutible obra maestra, quizás porque, a pesar de los que pretenden erroneamente politizarla, como ya se ha comentado en otro artículo recientemente, las auténticas obras maestras no se casan con nadie ni se decantan por nada, de hacerlo, siempre serían perecederas y correspondientes a un tiempo determinado, y ello va totalmente en contra del concepto de clásico, que es lo que es esta obra.

Y es que en la obra original todo es brillante: la historia, los textos, las reflexiones… una pena que esta producción se empeñe en ocultarlo con monerías en el escenario.

Una vez más (y parece que se está convirtiendo en tradición), la comedia involuntaria vuelve al teatro español; nunca pensé que se pudiera utilizar el término «españolada» fuera del cine, pero esta obra lo es y con ganas, de hecho, se nota que hay implicados extranjeros, pues es imposible ver la obra desde una óptica más lejana, más tópica y sobre todo, profundamente cursi y vulgar.

Aunque la puesta en escena en si misma es de gran belleza e incluso apropiada (a pesar de su minimalismo), y sólo se pueden hablar maravillas de los decorados creados y del vestuario; la dirección de escena es algo espantoso y esperpéntico y crea situaciones ridículas (bailes absurdos, utilización de la música de auténtico horror -¡hasta dos veces suena el Himno nacional, la Marcha Real sin que tenga ningún sentido-, movimientos y marcas absurdas) que obligan a las actrices a decir sus textos de los modos más infames e irrisorios, hay momentos de auténtica risa e incluso de aburrimiento, cosas que nunca deberían de provocar esta obra.

Y por cierto, nunca creí que se pudiera hablar de «españolada» (en el peor sentido del término) en el teatro, pero esta realmente lo es, y a fondo.

Las actrices sin embargo se matan por sus papeles, saben lo que valen y lo que están haciendo y quieren sacarlo adelante, y lo cierto es que, a pesar de las innumerables e interminables zancadillas que les pone la dirección, lo consiguen, y esta producción vive gracias a ellas, de no ser por sus interpretaciones, mucho me temo que las palabras de Lorca se perderían en la atmósfera del teatro.

En definitiva un magnífico texto original, arropado por un buen elenco, pero rotundamente estropeado por una dirección nefasta; lo que muy probablemente explica el sorprendente vacío del teatro para una gran e imprescindible obra de repertorio con indudable tirón comercial, y que debería de llenar el teatro de arriba a abajo, como en el caso de la ópera arriba comentada, pero si no pasa, por algo será.

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13 respuestas a Críticas express: Alceste / La casa de Bernarda Alba

  1. plared dijo:

    Pues la de bernarda alba no he leído malas cosas sobre ella. De todos formas, no creo que lo compruebe….La otra como podras imaginar huyo hacia el lado contrario solo de ver el cartel,Cuidate

  2. Como ya digo, ambas tienen el mismo defecto, pero de arriesgarse, yo lo haría con Alceste.

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